lunes, 29 de noviembre de 2010

Leyendas Fronterenses (mi abuela 2a parte)

¿Cómo hace la "Mujer de blanco" para poder aparecerse en tantos lugares de México e incluso del mundo? Debe tener una cantidad de millas acumuladas bruta! Con los puntos acumulados en sus viajes no me extrañaría que sus blancos ropajes sean Carolina Herrera o Armani pero, ¿quién soy yo para juzgar la ropa de los fantasmas?

Corría el año de 1973, yo apenas tenía un año de haber nacido. Mis padres y yo vivíamos en la ciudad de Frontera, Coahuila y mis abuelos Carmela y Eliseo vivían en la colonia Occidental - pasando el patio del ferrocarril. Esta colonia tiene en su haber muchas historias de fantasmas y hembras porcinas encandenadas - que por alguna razón que desconozco, encuentran placer en asustar a niños inocentes quienes se preguntaban siempre: "Bueno y si la marrana con cadenas está encadenada, ¿Cómo es que logra liberarse por las noches para venir a asustarnos?". La colonia Occidental fué escenario de algunas pequeñas batallas durante la Revolución y se dice, que durante el paso de los soldados, algunos enterraron tesoros por ahí cerca de la escuela primaria Victoriano Cepeda... la casa de mis abuelos está junto a ésta.

Mi abuela, como ya he mostrado en otro texto, siempre ha sido muy aventada y si lo sigue siendo hoy a sus 94 años. Pues imaginen cómo era cuando tenía 57. Siempre había tenído la intención de encarar a esta tan nombrada  "Mujer de blanco", tanto así, que les decía a sus vecinas y amigas: "si llegan a saber que se aparece en algún lado vengan luego luego a decirme y yo le voy a preguntar que qué es lo que quiere o que nos diga dónde está enterrado el dinero".

Según me cuentan, un día de tantos en los que la "Mujer de blanco" se andaba apareciendo en los patios de las casas, llamados también solares.  Las amigas de mi abuela fueron corriendo a su casa para decirle ahí estaba la "mujer de blanco" en el patio de una de ellas, que fuera pronto. Mi abuela ni tarda ni perezosa dijo "Vamos!" y se fueron todas en bola a ver esta aparición.

Cuando llegaron al patio de la casa, mi abuela iba adelante del grupito de amigas quienes la llevaban casi como escudo, tomandola de los hombros o de la espalda a medida que iban avanzando con pasos pequeños hacia el ánima del purgatorio (¿Yo que? ¡Así les dicen!):
Mi abuela: ¿Dónde está?
Amiga: ¡Ahí Carmela, mírala!
Mi abuela seguía preguntando la ubicación exacta del ente mientras continuaban avanzando:
Mi abuela: ¿Dónde? ¿Para dónde?
Amiga con voz cada vez mas delgada: ¡Ahí, ahí, ahí!!!
Mi abuela: ¿Dónde?? ¡No la veo!

Es difícil seguir instrucciones para ubicarte si éstas son: allá, luego para allá, en lugar de decir izquierda, derecha, arriba, abajo, adelantito del fantasma, etcétera.

Mi abuela continuaba avanzando pero tenía su mirada fija al lado derecho del patio intentando buscar una forma, una figura, algo similar a una mujer de blanco. Cuando finalmente su amiga, incapaz de hablar, le picó varias veces el hombro a mi abuela y le señaló hacia la izquierda. Estaba practicamente parada frente a la "Mujer de Blanco".  Fué tanta la sorpresa y la impresión que ya no pudo hacer nada más que gritar y echarse a correr mientras que sus amigas, convenientemente, decidieron hacer lo mismo.

Cuenta mi mamá que los vecinos que estaban afuera de la casa, escucharon un tremendo alarido provocado por todas las señoras gritando al mismo tiempo y saliendo cuál estampida de jabalíes en brama.

Mi papá, como todo padre de familia, se caracteriza por ser escéptico para muchas cosas (nunca me creía cuando le decía que iba a casa de un amigo a estudiar) sin embargo, él me comentó una vez que efectivamente, su suegra había estado en cama por poco más de un mes a causa de lo que sucedió aquel día.

Mi abuela cuenta que pudo verle el rostro a la mujer y que era el de una muerta con la piel de la cara algo caída, la boca abierta y los ojos hacia arriba. Es uno de esos recuerdos que se mantienen frescos sin importar el tiempo que haya transcurrido desde que ocurrieron. Hoy todavía nos cuenta la historia de una manera muy vívida y sin duda escalofriante, porque hasta nos imita la cara de la muerta.

Se dice que después de aquel día la "Mujer de blanco" nunca más volvió a aparecerse.

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