lunes, 23 de septiembre de 2013

La situación de Luis.

Hace unos días recibí noticias de mi ex-compañero Luis. Fuimos compañeros cuando laboraba en Prolec-GE hace algunos años. Es más o menos de mi edad, casado, dos hijos, el niño de 10 años y la niña ya casi de 15. 

Siempre lo vi como una persona alegre, siempre con una broma lista en los labios para sacarte al menos una sonrisa, no pasó mucho tiempo para que nos hiciéramos de confianza y platicar de temas familiares y personales.
En una ocasión me comentó que se estaba divorciando, que tenía problemas con su esposa, etcétera. Sin duda esto siempre es algo muy triste sobre todo cuando hay hijos. Generalmente tanto el hombre como la mujer se ponen en un papel muy complicado y hasta bélico. Desconozco los detalles del divorcio pero recuerdo bien que me comentó que su esposa influenciaba mucho a sus hijos para ponerlos en su contra, esto se conoce legalmente como: Alienación y es penado por la ley. 

Su esposa no lo dejaba ver a sus hijos, cosa que resulta muy frecuente durante las primeras etapas de un divorcio.  A los hijos se los llevan "de encuentro" ya que el único fin es perjudicar a la otra parte.  A raíz de esto se vienen los juicios legales, los sumarios de alimentos y juicios de convivencia. 

Mientras estos estos eventos acontecían él me comentaba que cuando veía a su hijo éste mencionaba todas las cosas horribles que su madre le decía sobre su papá. El niño, con todo y eso, aceptaba verlo y pasar tiempo con él pues al parecer entendía de alguna manera que su padre no era el monstruo que su madre quería que él viera. 
Lamentablemente la historia con su hija era distinta, ya una señorita preadolescente y con una fuerte influencia de su madre, no aceptaba verlo y cuando lo hacía era para decirle lo mucho que lo odiaba por todo el daño que le causaba en especial a su madre.

Como ustedes saben yo me encuentro en una situación más o menos similar y sentía y comprendía cada palabra que Luis me confiaba sobre lo que él estaba viviendo, sobre cómo se sentía, como le dolía lo que su hija le decía y como él la perdonaba pues sabía que no eran sus palabras sino las palabras de su madre las que salían de su boca. Siempre concluía con un comentario sobre una mejor situación en el futuro, cuando sus hijos entendieran mejor las cosas. Tenía confianza en que dentro de poco tiempo entenderían mejor las cosas y entonces podría convivir y estar con ellos nuevamente como un padre responsable y preocupado por ellos. Siempre sonreía cuando me decía eso y pues claro que lo entendía porque al final esa esperanza es lo único que te queda. Sentir y esperar que más adelante todo va a estar mejor, que vamos a poder hablar con nuestros hijos y aclarar todo pues ellos siempre  han sido y serán nuestra razón de vivir, de trabajar, de esforzarnos, de ser mejores. 

La noticia que recibí sobre Luis es que falleció de manera repentina mientras dormía. Ya no tendrá la oportunidad de aclarar las cosas con sus hijos. Espero que se den cuenta pronto de que era un buen hombre que luchó por ellos hasta donde pudo. 

Espero que su esposa caiga en cuenta de las consecuencias de sus acciones y haga lo posible por enmendar la imagen que ella creo del padre de sus hijos.