Hace unos días recibí noticias de
mi ex-compañero Luis. Fuimos compañeros cuando laboraba en Prolec-GE hace
algunos años. Es más o menos de mi edad, casado, dos hijos, el niño de 10 años
y la niña ya casi de 15.
Siempre lo vi como
una persona alegre, siempre con una broma lista en los labios para sacarte al
menos una sonrisa, no pasó mucho tiempo para que nos hiciéramos de confianza y
platicar de temas familiares y personales.
En una ocasión me
comentó que se estaba divorciando, que tenía problemas con su esposa, etcétera.
Sin duda esto siempre es algo muy triste sobre todo cuando hay hijos.
Generalmente tanto el hombre como la mujer se ponen en un papel muy complicado
y hasta bélico. Desconozco los detalles del divorcio pero recuerdo bien que me
comentó que su esposa influenciaba mucho a sus hijos para ponerlos en su
contra, esto se conoce legalmente como: Alienación y es penado por la
ley.
Su esposa no lo
dejaba ver a sus hijos, cosa que resulta muy frecuente durante las primeras
etapas de un divorcio. A los hijos se los llevan "de encuentro"
ya que el único fin es perjudicar a la otra parte. A raíz de esto se
vienen los juicios legales, los sumarios de alimentos y juicios de
convivencia.
Mientras estos estos
eventos acontecían él me comentaba que cuando veía a su hijo éste mencionaba
todas las cosas horribles que su madre le decía sobre su papá. El niño, con
todo y eso, aceptaba verlo y pasar tiempo con él pues al parecer entendía de
alguna manera que su padre no era el monstruo que su madre quería que él
viera.
Lamentablemente la
historia con su hija era distinta, ya una señorita preadolescente y con una
fuerte influencia de su madre, no aceptaba verlo y cuando lo hacía era para
decirle lo mucho que lo odiaba por todo el daño que le causaba en especial a su
madre.
Como ustedes saben
yo me encuentro en una situación más o menos similar y sentía y comprendía cada
palabra que Luis me confiaba sobre lo que él estaba viviendo, sobre cómo se
sentía, como le dolía lo que su hija le decía y como él la perdonaba pues sabía
que no eran sus palabras sino las palabras de su madre las que salían de su
boca. Siempre concluía con un comentario sobre una mejor situación en el
futuro, cuando sus hijos entendieran mejor las cosas. Tenía confianza en que
dentro de poco tiempo entenderían mejor las cosas y entonces podría convivir y
estar con ellos nuevamente como un padre responsable y preocupado por ellos.
Siempre sonreía cuando me decía eso y pues claro que lo entendía porque al
final esa esperanza es lo único que te queda. Sentir y esperar que más adelante
todo va a estar mejor, que vamos a poder hablar con nuestros hijos y aclarar
todo pues ellos siempre han sido y serán nuestra razón de vivir, de
trabajar, de esforzarnos, de ser mejores.
La noticia que
recibí sobre Luis es que falleció de manera repentina mientras dormía. Ya no
tendrá la oportunidad de aclarar las cosas con sus hijos. Espero que se den
cuenta pronto de que era un buen hombre que luchó por ellos hasta donde
pudo.
Espero que su
esposa caiga en cuenta de las consecuencias de sus acciones y haga lo posible
por enmendar la imagen que ella creo del padre de sus hijos.